99-71: El Casademont Zaragoza arrolla a Acunsa

El Casademont
Zaragoza cortó la mala racha de seis derrotas consecutivas que acumulaba tras arrollar al Acunsa GBC en un partido importante porque los donostiarras son un rival directo en la lucha por la permanencia.

El triunfo no solo permite acabar con un amplio rosario de derrotas para los aragoneses sino también poner tierra de por medio con el conjunto de Marcelo
Nicola al que aventaja en cuatro triunfos más el ‘basketaverage’, circunstancias ambas importantes para recuperar la maltrecha moral del equipo.

En un partido marcado por la sorpresiva salida un día antes del que había sido su entrenador, el argentino Sergio
Hernández, por motivos personales, el conjunto “rojillo” cambió su dinámica de la mano del técnico ayudante Sergio
Lamúa pero con la atenta mirada del nuevo entrenador a partir del lunes, Luis
Casimiro.

Curiosamente, lo que tanto había reclamado su ya ex entrenador desde su llegada, fortaleza defensiva, y que en raras ocasiones o solo en momentos puntuales había conseguido, fue la clave de la apabullante victoria ante el conjunto vasco unida al acierto ofensivo.

El equipo zaragozano, a diferencia de otros muchos partidos, circuló bien el balón en ataque, no se precipitó y no abusó de las acciones individuales para lograr así canastas cómodas en ventaja.

Además, lo hizo durante todo el partido, sin bajar el pistón, como si quisiera sacarse de golpe el mal sabor de boca de tanta derrota seguida.

Y lo hizo contra un equipo que venía de ganar al San Pablo Burgos por 79-90, lo que había puesto en prevención al Casademont.

Ya desde los compases iniciales el equipo maño puso en dificultades los ataques donostiarras que erraron numerosos tiros, incluso los liberados y, por ello, ya en el minuto 4 vencía por once puntos (13-2), ventaja que mantuvo y que no fue a más porque Dino
Radoncic, con ocho puntos, sostuvo a los suyos y evitó una mayor diferencia.

Sin embargo, el equipo zaragozano supo controlar bien al montenegrino en el segundo acto y aunque le tomó el relevo el esloveno Jan
Span (8 puntos), los hombres de Sergio
Lamúa seguían provocando los errores en ataque de su oponente y, liderados por un Nico
Brussino muy acertado, que alcanzó los 15 puntos al llegar al descanso y que acabó siendo el máximo anotador del partido con 23 puntos y el más valorado con 31 créditos, puso la máxima renta a favor de los aragoneses, 18 puntos (47-29).

El tercer parcial fue la puntilla para los vascos porque con un parcial de 31-17 la ventaja local subió a los 32 puntos (78-46) dejando el partido sentenciado y haciendo que sobrasen los últimos diez minutos.

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