Así escaló el excardenal McCarrick: con la bendición de tres papas y acusaciones de abuso sexual

Así escaló el excardenal McCarrick: con la bendición de tres papas y acusaciones de abuso sexual

Los más altos jerarcas que conocían la información fueron Juan Pablo II, Benedicto XVI y el Papa Francisco.

Un nuevo informe del Vaticano revela que Theodor McCarrick, el cura católico de más alto rango acusado de abuso sexual, fue nombrado en altos cargos por diferentes papas, entre los que figuran Juan Pablo II y Benedicto XVI, a pesar de los señalamientos en su contra. El caso no se tocó durante los primeros cuatro años del Papa Francisco.

Tres papas pasaron mientras, con su bendición, el excardenal Theodor McCarrick escalaba en la línea jerárquica de la Iglesia a pesar de las acusaciones de pedofilia en su contra. La misma Iglesia publicó un informe este martes 10 de noviembre en el que indaga cuáles fueron las decisiones que tomó la Santa Sede con relación con el clérigo durante más de 80 años y, además, revela testimonios y cartas que acusan a McCarrick.

Una mujer, por ejemplo, aseguró que vio cómo el cardenal le acarició los muslos internos a sus dos hijos. Pero más que relatos, la indagación probó que la Iglesia ya conocía múltiples acusaciones por el comportamiento de McCarrick y, a pesar de ello, el clérigo se convirtió en una figura influyente tanto en Estados Unidos, como en viajes internacionales en los que ejercía “diplomacia blanda” de la Santa Sede, es decir, no de manera oficial.

Los más altos jerarcas que conocían la información fueron nada más y nada menos que Juan Pablo II, Benedicto XVI y el Papa Francisco. Si bien los hallazgos proporcionaron nuevos detalles sobre lo que el Vaticano sabía y cuándo lo supo, el informe no juzgó directamente la cultura interna de la Iglesia, que permitió que el comportamiento de McCarrick continuara sin control.

 

Los nombramientos del Papa Juan Pablo II: El comienzo del ascenso

Durante dos años y con la orden del Papa Francisco, la Secretaría de Estado de la Santa Sede estudió los archivos de la Iglesia, entrevistó a 90 personas, incluidos seminaristas y sacerdotes que acusan a McCarrick de haber abusado de ellos, aprovechándose de su alta posición.

Los primeros señalamientos y los más duros son por las acciones del Papa Juan Pablo II. Él fue quien nombró al clérigo como obispo de Metuchen (1981) y como arzobispo de Newark (1986) en Estados Unidos.

“Durante el proceso de nombramiento, McCarrick fue ampliamente alabado como un pastor inteligente, obispo celoso, y no surgió ninguna información creíble que sugiriera que él había incurrido en alguna mala conducta”, señaló el informe.

Además, el religioso se caracterizaba por recolectar buenas cantidades de dinero para la diócesis y para la Santa Sede.

Esas labores hicieron que fuera escalando poco a poco al punto que a finales de 1999, la Santa Sede consideró su nombre para ser el arzobispo de Washington D.C., uno de los puestos más importantes de la Iglesia católica en el país.

Foto: Reuters

Pero desde entonces ya eran fuertes las pruebas de que estaría implicado en abusos sexuales, o “malas conductas sexuales” como lo dice el informe. Uno de los primeros en encender las alertas fue el arzobispo de Nueva York, el Cardenal John O’Connor. Él, en octubre de 1999, mandó una carta al Papa Juan Pablo II aconsejándole que no ascendiera a McCarrick a ninguna diócesis importante de Estados Unidos para evitar un “escándalo de grandes proporciones”.

Y es que desde principios de los 90, varios funcionarios de la Iglesia estadounidense y el embajador del Vaticano en el país recibieron seis cartas anónimas en las que se acusaba al clérigo de ser un “pedófilo” al que le gustaba que le llamaran el “tío Ted”. Las cartas también aseguraban que había compartido cama con jóvenes estando en su residencia de obispo en Metuchen y en Newark, y que también había compartido cama con seminaristas adultos en su casa en las costas de Nueva Jersey.

Hoy se conoce que parte de las acusaciones las hizo un psiquiatra católico que viajó al Vaticano en 1997 para informar que uno de sus pacientes, y además sacerdote, fue víctima del abuso sexual de McCarrick. También un testigo conocido como “Sacerdote 1” decía que vio a McCarrick en una “conducta sexual” con otro sacerdote en junio de 1987 cuando pertenecía a la Diócesis de Metuchen. Incluso, aseguró que McCarrick intentó tener sexo con él.

Los señalamientos hicieron que el Papa Juan Pablo II ordenara una investigación que fue realizada por cuatro obispos de Nueva Jersey. Al final, ellos sólo dijeron que había compartido cama con un adulto, pero que no había pruebas suficientes para determinar si habían tenido sexo o no. El reciente informe asegura que tres de esos cuatro obispos “proporcionaron información inexacta e incompleta a la Santa Sede con respecto a la conducta sexual de McCarrick con adultos jóvenes” y que eso afectó las conclusiones del Papa.

Y es que a pesar de los señalamientos, el sumo pontífice finalmente nombró a McCarrick como arzobispo de Washington D.C. El informe asegura que en esa decisión también influyó una carta que le mandó el clérigo negando que hubiese tenido alguna relación sexual y que el Papa Juan Pablo II y McCarrick interactuaron frecuentemente en viajes en los que se encontraban en Estados Unidos y en otros países.

El juicio canónico que Benedicto XVI rechazó

Aunque el informe no le carga tantas responsabilidades al Papa Benedicto XVI como a su antecesor, sí explica que el sumo pontífice fue quien extendió el mandato de McCarrick por dos años más en Washington D.C. Lo que cambió un poco las decisiones del Papa frente al cardenal fue el testigo “Sacerdote 1”, quien en 2005 dio más detalles de lo que conocía sobre McCarrick.

La reacción de Benedicto XVI fue pedir al clérigo de Washington que se retirara como arzobispo después de la Pascua de 2006, una orden indirecta que el clérigo aceptó. Sin embargo, el Papa rechazó la idea de ordenar una investigación canónica porque, a su juicio, no había acusaciones creíbles de abuso infantil, porque no había señales de malas conductas sexuales recientes ya que los señalamientos se referían a acciones suyas en los 70 y porque McCarrick había jurado como obispo que no había abusado de nadie.

Solamente le pidieron que apelara a su “conciencia y espíritu eclesial” teniendo un perfil más bajo y minimizar los viajes por el bien de la Iglesia. Sin una investigación en su contra, McCarrick continuó sus actividades públicas en Estados Unidos y en el extranjero.

La investigación del Papa Francisco

El informe del Vaticano asegura que cuando el Papa Francisco llegó, no lo pusieron al tanto del nuevo testimonio del “Sacerdote 1”, ni del nuevo testigo “Sacerdote 3”, que decía que cuando estaba en Metuchen se había producido una conducta sexual abierta entre él y McCarrick, en 1991.

Durante cuatro años, el Papa sólo conocía los “rumores” sobre la “conducta inmoral” de McCarrick con adultos antes de que lo nombraran en Washington y el informe lo excusa diciendo que creyó que esas acusaciones ya habían sido revisadas y rechazadas por el Papa Juan Pablo II.

Lo que cambió el rumbo del caso fueron las acusaciones en 2017. Ese año, la Arquidiócesis de Nueva York se enteró de la primera acusación sólida en la que un exmonaguillo señaló a McCarrick de haberlo tocado cuando aquel era un adolescente y durante los preparativos para la misa de Navidad en 1971 y 1972 en Nueva York.

Los señalamientos desencadenaron el juicio canónico que le hizo el Papa Francisco y que terminó con la expulsión de McCarrick de su rol como cardenal. Además, el sumo pontífice ordenó hacer el informe que hoy muestra cómo el religioso escaló a los puestos más altos de la Iglesia católica con múltiples acusaciones de abuso sexual en su contra y con el conocimiento de tres papas.

Con AP y Reuters




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