Bale vivió la sentencia


El enfado de la afición con Gareth
Bale fue notable desde los prolegómenos del partido, pero quedó patente sobre todo en la segunda mitad. Primero cuando salió a calentar, donde ya se escuchó de nuevo la melodía de viento y más tarde cuando saltó al césped.




En cuanto puso un pie sobre el césped comenzó la sentencia. Ni siquiera Casemiro que intentó animarle con un choque de palmas suavizó las ansias de la grada blanca por mostrar su descontento.

Hacía tiempo que el Bernabéu no señalaba así a uno de sus jugadores. Unos pitos que bien se pudieron traducir en “Respeto. Respeto. Respeto. En ese orden”.

Ni siquiera con el partido en juego la afición dejó pasar la oportunidad de seguir increpando al jugador cada vez que recibía la pelota. De poco le valió tener unos buenos 20 minutos sobre el césped en los que incluso estuvo a punto de marcar un gran gol tras una acción individual.

Aún así, la victoria final y la prolongación de uno de los mejores momentos -sino el mejor- de la temporada, hizo que la afición se calmara un poco. El próximo martes será una nueva oportunidad para ver si bien los ánimos ya se han relajado o sigue este proceso de señalar al galés por sus actos extradeportivos


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