Autoridades bolivianas están investigando a la Iglesia por casos de abuso luego de que saliera a la luz el diario de un fallecido cura jesuita, donde confesó el abuso sexual de al menos 84 menores desde la década de 1970, desatando una búsqueda de justicia en el país sudamericano.
Las revelaciones, publicadas hace pocas semanas por el periódico español El País, documentan los abusos perpetrados por Alfonso Pedrajas, conocido como padre Pica, un cura español que vivió durante años en Bolivia, donde dirigió escuelas en comunidades marginalizadas.
Después de su muerte en 2009, el sobrino de Pedrajas encontró un diario de 300 páginas en su computadora donde el cura confesó los crímenes, y escribió que había hablado con superiores que no hicieron nada al respecto.
El procurador general de Bolivia ahora está investigando el caso contra Pedrajas e indagando si responsables de la Iglesia Católica también deberían ser considerados responsables. Muchas personas que fueron abusadas ahora están comenzando a hablar, con protestas fuera de oficinas jesuitas.
“Solo pido justicia y que nunca más se repitan agresiones y hechos abominables contra seres indefensos”, dijo a Reuters Carlos, de 52 años, que fue abusado por Pedrajas cuando era un estudiante en el colegio Juan XXIII, en Cochabamba.
“Algunos preguntan, ¿y por qué ahora? Y les digo que sus preguntas lastiman, salen sobrando porque no sabes el calvario que hemos vivido”, explicó.
Bernardo Mercado, un jesuita boliviano que habló en nombre de la orden, dijo que el cuerpo estaba buscando clarificar los hechos y colaborando con las autoridades.
“No tengo absolutamente nada para obstruir la investigación y mi confianza es plena en el ministerio público”, dijo el superior provincial de la Compañía de Jesús en Bolivia.
El viernes, el Gobierno boliviano dijo que demandará al Vaticano los “antecedentes” de aquellos curas que ingresen al país en misión.
“Es esta una medida preventiva”, dijo el vocero presidencial Jorge Richter. “Se va solicitar los antecedentes de cada uno de estos religiosos, sobre todo extranjeros, que llegan al país”, explicó.
El caso ha abierto las compuertas a una cascada de denuncias de abusos por parte de jesuitas, como también de dominicanos, franciscanos, diocesanos y otras ordenes católicas a cargo de administrar escuelas en el país durante décadas.
“Ojalá que la investigación acabe pronto, sea seria y profunda”, dijo el viernes monseñor Ricardo Centellas, vicepresidente de la Conferencia Episcopal Boliviana (CEB), agregando que la Iglesia estaba dispuesta a cooperar con cualquier investigación.
“Esperemos los resultados, para saber cuáles son los delitos y que los responsables tengan que recibir la sentencia correspondiente”, sostuvo.
En la última semana distintos establecimientos educativos, incluyendo el tradicional colegio San Calixto, y la Curia provincial de la Compañía de Jesús fueron allanados por fiscales, que buscaban documentos para investigaciones preliminares. Dos curas fueron detenidos.
La activista América Maceda dijo que era importante que tanto individuos como instituciones rindan cuentas.
“Exigimos justicia para las víctimas, pero no solo para quienes cometen el hecho sino para quienes encubren de manera sistemática institucionalmente estos hechos”, dijo Maceda, de la organización Feminismo Comunitario.
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