Significativa la alineación titular del Athletic ayer en Cádiz. Petxa, Yeray, Yuri, Berenguer y Vencedor fueron los cinco titulares unos días antes frente al Celta en San Mamés que pasaron a la reserva en este choque en feudo gaditano. Iñigo Martínez, en cambio, regresó a la alineación tras cinco jornadas de baja mientras los veteranos De Marcos y Balenziaga ejercían de laterales con Nico Williams pegado a banda derecha y Dani García de vuelta también al once.
Marcelino volvía ayer al estadio donde el conjunto rojiblanco ha firmado su mayor goleada lejos de San Mamés con él en el banquillo . El 0-4 en el entonces Carranza se produjo el 15 de febrero del pasado año. La visita al ahora Estadio Nuevo Mirandilla resultó especialmente llamativa de partida en comparación con aquel otro desplazamiento. El Athletic, de entrada, afrontó este envite con una defensa totalmente renovada a la de entonces. Cuatro de cuatro cambios.
Berenguer, autor de dos de los tantos en aquella goleada, se quedó esta vez en el banquillo. Unai López, que firmó otro de ellos, ni siquiera milita ya en el club rojiblanco. Iñaki Williams, sí. El delantero bilbaíno sí hizo su diana en la anterior visita, sí repitió como titular ayer y sí regresó a casa sin mojar en este mismo escenario.
En el Cádiz, por su parte, las variaciones afectaban tanto al banquillo como al propio once. Sergio González ocupaba esta vez el puesto dejado por el destituido Álvaro Cervera y solo cuatro jugadores locales repetían titularidad (Ledesma, Lozano, Negredo y Espino). El técnico barcelonés, por otra parte, dosificó esfuerzos en su plantilla tras la victoria del pasado lunes en el Camp Nou.
Las dos caras del Athletic
El Athletic encontró durante el primer tiempo de este partido en feudo amarillo toda la efectividad de cara a gol que le ha faltado en lo que va de temporada. Esta vez sí que fue llegar y besar el santo. Y eso que antes del 0-1 de Raúl García en el minuto 3, el pequeño de los Williams había desperdiciado una inmejorable ocasión a pase de tacón de su hermano ante Ledesma.
Muniain tampoco estuvo fino en el lanzamiento de penalti cometido por Espino sobre Nico, pero acertó, con quiebro incluido, a rematar la faena en el consiguiente rechace del meta argentino. Vesga también se sumó al festival realizador con un tiro desde fuera del área.
Luego, como por arte de magia, pasó lo que pasó. El Cádiz, con todo perdido, tiró de orgullo y de casta y fue embotando a un equipo rojiblanco al que el aliento de sus seguidores le ayudó a llegar hasta el final sin sufrir males mayores. La Liga, con estos tres nuevos puntos, sigue igual.