Carlos Recoder: “Esta crisis ha sacado a relucir nuestras miserias”

Carlos Recoder, responsable de Julius Baer para los mercados de Europa occidental, Luxemburgo y norte de Europa.
Carlos Recoder, responsable de Julius Baer para los mercados de Europa occidental, Luxemburgo y norte de Europa.Peter Fischli

Julius Baer es el mayor banco privado independiente del mundo con activos bajo gestión que superan los 470.000 millones de euros. Al frente de su negocio en Europa Occidental, Luxemburgo y norte de Europa está Carlos Recoder (Barcelona, 1970), quien atiende a EL PAÍS por videoconferencia.

Pregunta. En su etapa profesional ha vivido varias crisis económicas. ¿Qué tiene de especial la actual?

Respuesta. Desde el punto de vista sanitario, que nos afecta a todos por igual, no distingue entre países y entre ricos y pobres. Desde el punto de vista económico, que es la primera vez en muchos años que la banca no es el origen de los males. Esta crisis ha sacado a relucir nuestras miserias, se ha hecho más patente que nunca la desigualdad que hay en la sociedad y nos da una oportunidad para arreglarla. Es una recesión provocada por un factor externo, en este caso un virus, que ha obligado a paralizar la economía mundial y a aplicar unas medidas muy agresivas para paliar sus efectos.

P. La banca privada es una industria basada en la confianza, que demanda el contacto personal con el cliente. El confinamiento habrá cambiado por las bases del negocio, ¿no?

R. Desde luego. Lo que marca la diferencia en banca privada es la proximidad. El cliente no entiende la relación sin sentirse próximo a su asesor. El confinamiento nos ha cerrado esta vía de comunicación y nos ha obligado a acelerar nuestra transformación digital. Y nuestro banco lo ha logrado en tiempo récord. Hemos ganado en productividad porque al suprimirse los viajes y hacer videoconferencias podemos dedicar más tiempo al cliente. Ahora bien, esta crisis va a eliminar algunas de nuestras actividades, sobre todo de back office, pero el contacto con el cliente no lo va a sustituir.

P. Desde el punto de vista de la gestión de patrimonios, ¿qué han aconsejado a sus clientes desde que estalló la crisis?

R. Nuestra visión del mercado ha sido positiva desde el principio. Se produjo una crisis sanitaria sin precedentes en la historia reciente de la humanidad y los bancos centrales, especialmente la Reserva Federal, reaccionaron rápido, no cometiendo los errores de la anterior recesión, inyectando muchísimo dinero al sistema para mitigar el problema de riesgo de crédito. A partir de ahí, nuestra visión fue positiva. Con la bajada de los tipos de interés a cero en EE UU se elimina cualquier alternativa que no sea comprar bonos, acciones o capital riesgo. El cash, la liquidez, ya no es alternativa. Depende del perfil del cliente, pero en una cartera tipo estamos sobreponderando la renta variable hasta niveles del 60% porque pensamos que el mayor potencial ahora mismo está en la Bolsa.

P. La ingente liquidez de los bancos centrales es un colchón que amortigua el golpe. Sin embargo, de mantenerse en el tiempo, ¿cree que hay riesgo de que acabe provocando alguna burbuja en el mercado?

R. La pandemia no ha hecho más que acelerar las tendencias existentes, tanto sociales como económicas. Por ejemplo, el modelo neoliberal que empezó a cuestionarse con los primeros enfrentamientos comerciales entre China y EE UU. Hemos entrado en una nueva era de capitalismo de Estado en la que los Gobiernos se convierten en los garantes del normal funcionamiento de la economía y se aboga por la monetización de la deuda pública para lograr el pleno empleo. Las medidas de los Gobiernos y de las autoridades monetarias van en la buena dirección aún a riesgo de que en el medio plazo esas decisiones desaten brotes inflacionistas. Pero ya tendremos tiempo para corregir ese desequilibrio.

P. ¿Están sus clientes preocupados de que, en ese nuevo paradigma económico, se suban sus impuestos para sufragar los grandes déficit en los que están incurriendo los Estados?

R. A todo el mundo le preocupa que le suban los impuestos, a nuestros clientes y a los que no lo son. Una presión fiscal mayor disminuye tu renta disponible. La preocupación está ahí porque la nueva realidad nos debería llevar a un modelo impositivo más importante en el que aquellos que más tienen deberían contribuir más. Cuando los Gobiernos decidan las nuevas reglas del juego, nosotros intentaremos asesorarles de la mejor forma posible. Pero es importante recordar que nosotros, como banco privado, no asesoramos fiscalmente. Los clientes tienen sus propios asesores fiscales y, en base a la estructura impositiva que cada uno decide, les aconsejamos desde un punto de vista financiero.

P. Y en el caso de España, ¿están teniendo muchas consultas para llevarse su dinero fuera del país?

R. Sí… Puede ser que sí… Pero eso no se corresponde a un riesgo de mayor presión fiscal. Si te llevas el dinero a Suiza o a Luxemburgo la presión fiscal va ser exactamente la misma.

P. Y si como asegura no hay beneficio fiscal, ¿cuál es el motivo que lleva a los grandes patrimonios a llevarse el dinero?

R. Eso tiene que ver con la diversificación geográfica. Suiza, Luxemburgo o Singapur son países con un rating triple A, con un sistema legal extremadamente sólido. En situaciones de crisis que generan inseguridades, los grandes patrimonios lo que buscan es una mayor diversificación. Muchos de nuestros clientes tienen vinculada su riqueza a España a través de sus empresas o sus inversiones inmobiliarias. Ese patrimonio societario e inmobiliario no se lo pueden llevar e intentan mover su capital financiero para lograr una mayor diversificación.

P. Para lograr esa diversificación no es necesario llevarse el dinero físicamente fuera de España, lo pueden lograr con una cartera de activos muy repartida geográficamente, ¿no?

R. Bueno… Probablemente… El dinero es miedoso por naturaleza y eso lleva a los grandes patrimonios a intentar anticipar qué modificaciones fiscales, sociales o legales podrían afectar a sus intereses. Tratan de buscar alternativas de una forma a veces irracional. Nuestra recomendación a los clientes es que España es un país con un marco legal y jurídico extremadamente sólido y que no hay motivos de los que preocuparse.


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