El pizzero que asaltaba bancos con explosivos

Al restaurante italiano que Giuseppe, un boloñés de 40 años, montó en Benidorm (Alicante) no le faltaba ni un detalle, según sus usuarios. Buena cocina casera, pizzas horneadas a la leña, ingredientes importados desde su país de origen y un servicio ágil y parlanchín. Por tener, tenía hasta un ingrediente secreto: el dueño era el cabecilla de una banda organizada que cometió 73 robos con explosivos en otros tantos cajeros automáticos diseminados por media Italia. Giuseppe, sobre el que pesaba una Orden Europea de Detención, acaba de ser arrestado por la Policía Nacional. Al mismo tiempo, los otros nueve componentes de la banda han caído en manos de los carabinieri.

Las detenciones son el resultado de una operación conjunta entre la policía de Milán y las brigadas especializadas en fugitivos internacionales y crimen organizado de la española. El objetivo era apresar a una banda que había cometido 73 robos en cuatro regiones italianas, Lombardía, Piamonte, Emilia Romaña y Lacio, en poco más de dos años. Para ello utilizaban explosivos que reventaban los dispensadores de dinero de los cajeros automáticos. La banda, estructurada como un comando militar, estaba formada por diez personas. Unos se dedicaban a localizar los objetivos. Otros manejaban los explosivos. Y el último grupo se encargaba de conducir los vehículos con los que escapaban del banco asaltado. El montante robado ronda los 3,5 millones de euros.

Tras meses de pesquisas, los carabinieri localizaron a nueve de los componentes, todos procedentes de la ciudad de Bolonia. El último, considerado el cabecilla, era Giuseppe, que constaba como propietario de un restaurante italiano en una calle céntrica de Benidorm, cercana a la playa de Levante. Según la investigación, el cocinero y delincuente usó su parte del botín para abrir la pizzería en España, aunque las fuentes consultadas no han especificado cuándo se trasladó. Con todo el operativo preparado, desde Milán alertaron a la Policía Nacional. Iban a proceder a la detención de los delincuentes y al registro de diferentes inmuebles en la madrugada del pasado martes. Los agentes españoles tenían un día para localizar, identificar y arrestar al último de los miembros del grupo criminal.

“Desde Italia mandaron todos los datos”, señalan fuentes policiales. Los agentes españoles sabían que el fugitivo vivía con su familia en Benidorm y que regentaba un establecimiento, con lo que su búsqueda se simplificó. El pasado miércoles, los integrantes del operativo esperaban a Giuseppe a la puerta de su casa, de madrugada. El prófugo fue detenido “tras abandonar su domicilio para llevar a los niños al colegio”, explican las mismas fuentes.

El arrestado pasó a disposición judicial y está en espera de que la Audiencia Nacional tramite su entrega a Italia. La orden internacional de detención detallaba que está acusado de los delitos de robos con fuerza con explosivos, receptación y tráfico de armas.

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