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El rescate de Silicon Valley Bank deja un agujero de 20.000 millones de dólares

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Las autoridades de Estados Unidos intervinieron el Silicon Valley Bank el pasado 10 de marzo y fueron incapaces de encontrar rápido a otra entidad que se quedase con el banco caído. Más de dos semanas después, la Corporación Federal de Seguros de Depósitos (FDIC) ha anunciado la venta de los activos y pasivos de la entidad a First Citizens, un banco de Raleigh, Carolina del Norte. El rescate deja un agujero o coste estimado de 20.000 millones de dólares (algo menos de 19.000 millones de euros al tipo de cambio actual).

Las 17 oficinas del banco de California abren hoy ya sus puertas como sucursales del First Citizens, un banco regional con una capitalización bursátil de unos 8.400 millones de dólares (unos 7.800 millones de euros al cambio actual). La entidad ha sido una de las que mejor ha capeado el temporal de los mercados y apenas ha perdido valor en las últimas dos semanas. El grupo tuvo un beneficio neto consolidado atribuible de 1.048 millones en 2022, el doble que el año anterior.

Cuando se intervino el pasado 10 de marzo, el banco sucesor, Silicon Valley Bridge Bank, tenía unos 167.000 millones de dólares en activos y unos 119.000 millones de dólares en depósitos. La transacción cerrada ahora es compleja. Quien la ha explicado con más detalle es la propia entidad en una comunicación a la Comisión de Valores y Bolsa (la SEC) en la que dice que ha adquirido unos 110.100 millones de dólares en activos, incluidos aproximadamente 72.100 millones en préstamos y ha asumido unos 59.000 millones de dólares en pasivos, incluidos unos 56.500 millones depósitos de clientes. Los depósitos se han adquirido sin prima y los activos, con un descuento de unos 16.450 millones de dólares, sujeto a los ajustes habituales.

El contrato excluye expresamente, entre otros, las criptomonedas o los activos respaldados por criptomonedas, la empresa conjunta china, la sucursal de las Islas Caimán, y las sucursales alemana, canadiense y de Hong Kong, por las que el banco recibirá una opción de compra. First Citizen tendrá opciones de compra y arrendamiento sobre los locales que usa Silicon Valley Bridge Bank. El banco comprador se blinda frente a reclamaciones de cualquier “accionista, acreedor, consejero, directivo, empleado o agente actual o anterior del banco en quiebra”, explica la entidad.

Según la FDIC, incluye la compra de unos 72.000 millones de dólares de activos con un descuento de 16.500 millones de dólares. Unos 90.000 millones de dólares en valores y otros activos quedan bajo administración judicial a disposición de la FDIC. La FDIC recibe derechos de revalorización de acciones de First Citizens BancShares con un valor potencial de hasta 500 millones de dólares.

La operación contempla un esquema por el que la FDIC y First Citizens compartirán las pérdidas y las posibles recuperaciones de una cartera de préstamos de 60.000 millones de dólares cubiertos por el acuerdo. El banco comprador asume los primeros 5.000 millones de pérdidas y, a partir de ahí, se comparten al 50%. “Se prevé que la transacción de pérdidas compartidas maximice la recuperación de los activos al mantenerlos en el sector privado”, sostiene el fondo de garantía de depósitos.

Aunque Silicon Valley Bank era, en principio, solvente y su caída se debió a la fuga de depósitos y los problemas de liquidez, cuando un banco entra en crisis por lo general sus activos se deterioran. Como los pasivos no se modifican, la entidad pierde valor e incluso puede pasar a tenerlo negativo.

First Citizens compra los activos con un descuento de 16.500 millones de dólares y después está el posible deterioro de los activos que se queda la FDIC más los costes en que incurra. Eso da para consumir los fondos propios que la quedaban a Silicon Valley Bank y aun así sufrir esa pérdida estimada de 20.000 millones de dólares. El coste definitivo no se conocerá hasta dentro de unos años, cuando se hayan liquidado todos los activos y la cartera de préstamos cubierta.

Sin pérdidas para el contribuyente

Cuando intervino para llamar a la calma ante la tormenta financiera, el presidente de Estados Unidos, Joe Biden, aseguró por dos veces que los contribuyentes no tendrán que asumir pérdidas por el rescate de las entidades con problemas. Es un mensaje similar al que ha reiterado la secretaria del Tesoro, Janet Yellen. La FDIC ha dejado claro que ese coste lo asumirá el fondo con las aportaciones de las entidades privadas.

El domingo anterior, la Corporación Federal de Seguros de Depósitos (FDIC) anunció un acuerdo con Flagstar Bank, filial del New York Community Bancorp para que asumiese la práctica totalidad de la entidad neoyorquina Signature Bank, en ese caso con un coste estimado de 2.500 millones de dólares.

La matriz de Flagstar informó en un comunicado de la operación y en una presentación a analistas detalló más las cifras. Asumió un balance en el que los activos superan a los pasivos en 2.725 millones de dólares. Se quedó 33.989 millones en depósitos y 1.710 millones en otros pasivos. Para hacer frente a ese pasivo, recibió de la FDIC 25.044 millones en efectivo, una cartera de préstamos por 12.870 millones más 510 millones en otros activos. Al no tener que pagar y recibir más activos que pasivos, New York Community Bancorp destacó que la operación “se autocapitaliza”.

Está por ver si el acuerdo que ha permitido colocar los restos del Silicon Valley Bank contribuye a tranquilizar a los inversores tras más de dos semanas de fuertes tensiones. Este mismo domingo, la directora gerente del Fondo Monetario Internacional (FMI), Kristalina Georgieva, ha afirmado en Pekín que “es evidente que han aumentado los riesgos para la estabilidad financiera”. Georgieva sostiene que la intervención de las autoridades ha “aliviado en cierto modo las tensiones del mercado, pero la incertidumbre es elevada, lo que subraya la necesidad de mantener la vigilancia”.

La inestabilidad ha continuado en los mercados durante la semana pasada. Los bancos regionales siguen estando en la diana en Estados Unidos, entre ellos el First Republic, que se ha hundido en Bolsa pese a la inyección de 30.000 millones en depósitos que recibió de los principales bancos de Estados Unidos, liderados por JP Morgan. El presidente de esta entidad, Jamie Dimon, ha estado tratando de buscar una solución más definitiva y entre las opciones que están sobre la mesa del First Republic está una ampliación de capital o una venta a otra entidad.

En Europa, tras la venta de Credit Suisse a UBS apadrinada por el Gobierno suizo, el banco que despidió la semana con más nervios fue Deutsche Bank, que se desplomó en Bolsa el viernes y arrastró al conjunto del sector. El Gobierno alemán ha insistido en que el banco no necesita un rescate.

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