El silencio impuesto al tuitero en jefe

Estados Unidos vivió el 6 de enero una de las jornadas más nefastas de la historia de su democracia. El Congreso debía ratificar la victoria de Joe Biden en las elecciones presidenciales de Estados Unidos, pero leales a Donald Trump intentaron frustrar el acto y tomaron el Capitolio durante más de cuatro horas, animados por las soflamas del todavía presidente y sus denuncias infundadas sobre fraude electoral. Este es el relato de los acontecimientos:


Trump anima a los manifestantes reunidos enfrente de la Casa Blanca a que se dirijan

al Capitolio a protestar.

Cámara de

Representantes

Asalto de los manifestantes

Trump anima a los manifestantes reunidos enfrente de la Casa Blanca a que se dirijan

al Capitolio a protestar.

Cámara de

Representantes

Asalto de los manifestantes

Trump anima a los manifestantes reunidos enfrente de la Casa Blanca a que se dirijan al Capitolio a protestar.

Cámara de

Representantes

Asalto de los

manifestantes

Cámara de

Representantes

Asalto de los

manifestantes

Trump anima a los manifestantes reunidos enfrente de la Casa Blanca a que se dirijan al Capitolio a protestar.

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Trump arenga a sus seguidores

El todavía presidente de Estados Unidos se dirigió a la muchedumbre a la que había convocado frente a la Casa Blanca para animarles a que caminaran hacia el templo de la democracia estadounidense, poco antes de que comenzara la sesión que debía proclamar la victoria de Joe Biden. “Después de esto, vamos a bajar caminando hasta el Capitolio y vamos a animar a nuestros valientes senadores y congresistas”, afirmó Donald Trump, agitando el fantasma del fraude electoral que, según el discurso que lleva defendiendo desde hace meses, había permitido el triunfo de Biden en las elecciones presidenciales del pasado noviembre.

2

La marcha hacia el Capitolio

“Si no peleáis como el demonio, ya no vais a tener un país. Dejad que los débiles se vayan. Esta es la hora de la fuerza”, dijo Trump a sus miles de seguidores, que emprendieron el camino hacia el Capitolio y se concentraron frente a una barrera policial junto a los escalones occidentales del edificio.

Los manifestantes pro-Trump durante el mitin frente al Capitolio. (Shannon Stapleton/Reuters)

Aunque la policía que custodiaba el Capitolio intentó contener a la masa incitada por Trump, la turba traspasó la barrera policial, trepó por los muros y logró penetrar en el edificio tras romper una ventana. Lograron también cruzar las puertas que dan acceso a la Cámara de Representantes.

Los simpatizantes de Trump accedieron a la Rotonda del Capitolio, la cámara situada bajo la cúpula considerada el corazón de la edificación, donde destrozaron varias estatuas. Algunos entraron portando armas y banderas confederadas mientras la policía intentaba contenerlos.

Lograron acceder al despacho de Nancy Pelosi, la presidenta de la Cámara de Representantes, y pasear a sus anchas por los pasillos y salas del histórico edificio.

La violenta irrupción en el Capitolio provocó cuatro muertos. Una de las fallecidas es la veterana de la Fuerza Aérea estadounidense Ashli Babbitt, que formaba parte de la turba que tomó el edificio y perdió la vida tras recibir un disparo.

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Intervención policial y fin del asalto

Las fuerzas policiales desalojaron a los senadores y congresistas, pero el grupo de leales a Trump permanecieron durante más de cuatro horas en el interior del Capitolio hasta que la policía logró desalojarlos.

Las fuerzas policiales detienen a los manifestantes en los pasillos del Capitolio. (Drew Angerer/Getty Images)

5

Reanudación de la sesión

A las ocho de la tarde de Washington (dos de la madrugada de la España peninsular), ambas Cámaras reanudaron la sesión en un gesto que fue interpretado como un acto de fortaleza democrática.

La sesión conjunta de Senado y Cámara de Representantes al reanundarse de madrugada. (J. Scott Applewhite)

“Para aquellos que hoy provocaron el caos en el Capitolio: no ganasteis”, dijo el vicepresidente Mike Pence”, al reanudar la sesión para proclamar a Joe Biden ganador de las elecciones de Estados Unidos tras el desorden que imperó en el Capitolio. Y apostilló: “La violencia nunca gana, la libertad gana”. Eran las 3.40 de la madrugada (hora de la ciudad de Washington) del 7 de enero cuando finalmente Pence confirmó la victoria del candidato demócrata.

Vídeos: Reuters.


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