El Valencia de Gracia es un polvorín

Javi
Gracia (Iruñea, 1970) jugó 119 partidos (12 goles) en la Real entre 1995 y 1999, antes de fichar por el Villarreal, pero en su camino como técnico profesional no se ha cruzado todavía el banquillo de Anoeta. El regreso del entrenador navarro el martes a la que fue su casa no será el soñado ya que lo hará al frente de un Valencia que es un polvorín. Un club en un incendio permanente este verano después de que la propiedad haya traspasado a alguno de sus mejores efectivos (Rodrigo, Ferrán
Torres, Parejo o Coquelin) sin que los hayan reemplazado con fichajes de ciertas garantías, deficiencia que el propio Gracia denunció públicamente antes de la primera jornada de Liga.

Pese a que el Valencia ganó el primer partido remontando en el derbi contra el Levante, un punto en las dos últimas jornadas (derrota en Vigo y empate ante el Huesca en casa) han vuelto a encender buena parte de las alarmas a orillas del Turia. “El Valencia dio una pésima imagen” apunta hoy el diario deportivo local ‘Superdeporte’ respecto a la actuación de los valencianos, impresión que ratifica el rotativo ‘Las Provincias’ en su titular principal: ‘Un desganado Valencia que no da para mas’.

El problema de poner el foco en la actitud de los futbolistas no es que sea sólo una visión externa. Hasta un miembro de la plantilla, Kevin
Gameiro, apuntó en esa dirección al señalar que “nos han faltado ganas”, incendio que Gracia trató de sofocar recurriendo a la siempre socorrida falta de dominio de la lengua. Si bien asumió que el francés habla un más que correcto castellano, el técnico se negó a asumir que ése hubiese querido ser el eje de su mensaje.

Lo cierto es que éste no es el primer fuego que ha tenido que apagar un Gracia que, si bien es cierto que podía imaginarse dónde se metía cuando fichó por el Valencia, está viviendo unos primeros meses de trabajo tremendos en Mestalla. Un regreso a la Liga tras cuatro años en el extranjero (en el Rubin
Kazan entre 2016 y 2017 y en el Watford de 2017 a 2020) que en ningún caso se estará pareciendo al que imaginó.


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