Francia sienta en el banquillo a un grupo de ‘chalecos amarillos’ por los destrozos en el Arco de Triunfo

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Las imágenes recorrieron el mundo: entre columnas de humo, el Arco de Triunfo de París era vandalizado el 1 de diciembre de 2018 por centenares de manifestantes que, en una de las protestas más violentas de los chalecos amarillos que pusieron en jaque al Gobierno de Emmanuel Macron, irrumpieron en el emblemático monumento capitalino, que dejaron lleno de destrozos y pintadas contra el Ejecutivo. Nueve personas responden desde este lunes y durante toda la semana ante un tribunal de París por cargos de “degradaciones” y “robo” en el monumento nacional, aunque los propios instructores del caso reconocen que no son los principales responsables. El caso de un décimo acusado fue separado del resto al comienzo del proceso.

En el primer día de audiencias, que se prolongarán hasta el viernes, la presidenta del tribunal pasó un buen rato enumerando los daños materiales, que se elevaron a un millón de euros, entre ellos cinco obras de arte que requirieron trabajos de restauración que se prolongaron varios meses.

También leyó algunas de las pintadas —”no demasiado agradables para el presidente de la República”, comentó la magistrada durante su lectura, según una periodista presente en la sala— que dejaron los manifestantes en el monumento que ordenó erigir Napoleón Bonaparte para conmemorar su victoria en la batalla de Austerlitz en 1805 y a cuyos pies se halla también la tumba al soldado desconocido de la Primera Guerra Mundial. De hecho, dos semanas antes del “saqueo” del monumento nacional, definición de los actos en los informes policiales que la juez dio por válida, Macron había conmemorado en ese mismo lugar el fin del primer conflicto bélico mundial del siglo XX junto a varios mandatarios internacionales, entre ellos el estadounidense Donald Trump y el ruso Vladímir Putin. “Ninguna causa justifica que el Arco de Triunfo sea mancillado de esta manera”, dijo un desencajado Macron un día después de la violenta protesta, cuando visitó el monumento nada más regresar de la cumbre del G20 en Argentina.

Más de 400 personas fueron detenidas el 1 de diciembre en la protesta denominada “acto III” de los chalecos amarillos, cuyas protestas cada sábado a lo largo de más de un año en todo el país obligaron al Gobierno de Macron a dar marcha atrás en su intención de aumentar un impuesto al carburante y prometer reformas y rebajas fiscales.

Sin embargo, en el primero de los juicios por los actos vandálicos de aquel día, que también dejaron un centenar de vehículos calcinados, escaparates dañados y comercios saqueados, entre otros, solo figuran 10 personas, ocho hombres y dos mujeres, en su mayoría veinteañeros sin antecedentes penales y que hasta la acusación ha reconocido no son los principales responsables de los disturbios y daños. “Obligado es constatar que los instigadores, los principales autores de los hechos, no han podido ser identificados”, señala al respecto la acusación del caso, según la Agencia France Presse, que indica que pueden enfrentar hasta 10 años de cárcel. En la audiencia del lunes solo se personaron siete acusados, dos más -las mujeres- fueron representados por sus abogados, destacó AFP.

Una postal y un llavero

Entre los hechos que se imputan a los acusados figuran haber intentado romper una puerta a golpes de extintor, daños a una estatua o haber robado casi 300 postales. Durante el proceso “vamos a escuchar las explicaciones de gente que se marchó con unas postales o con un llavero de la torre Eiffel como recuerdo de esa manifestación”, criticó en los últimos días una de sus abogadas, Véronique Massi, cuyo defendido alega que entró en el monumento para “refugiarse” de las cargas policiales contra los manifestantes. “Da la sensación de que van a pagar por los otros, por todo lo que pasó, que hacía falta que hubiera unos culpables”, lamentó otra de las defensoras, Noémie Saidi-Cottier.

Por el contrario, para el abogado de una asociación dedicada a la preservación del patrimonio nacional y que se ha constituido como acusación particular, Jean-Philippe Morel, el ataque no tuvo nada de fortuito. “No eligieron el Arco de Triunfo al azar: es un saqueo emblemático, una profanación nacional”, declaró también en vísperas del juicio, durante el cual anunció que sin embargo solo reclamará un euro a modo de “reparación simbólica”.

Además de estos 10 acusados, otras siete personas están pendientes de juicio por la misma jornada. Se trata de un menor que comparecerá ante el tribunal de menores y otros seis individuos acusados de “intrusión no autorizada en un lugar clasificado como patrimonio histórico”.


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