Granjas de insectos: las aliadas de la FAO en la búsqueda de proteínas

Hoy comemos cinco veces más carne que en los años 60. Si entonces la producción era de 70 millones de toneladas al año, en 2017 fue de 330 millones. Pero es que además, según los últimos datos que la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO) lanzaba este martes con motivo del día mundial del desperdicio de alimentos, un 14% de esa producción se desaprovecha. Por eso no es extraño que la FAO estime que, para abastecer a 9.100 millones de personas en los próximos 30 años, la producción alimentos deberá crecer un 70%. ¿De dónde podemos sacar proteínas para tanta gente sin destrozar el planeta? Una de las opciones es poco convencional en nuestra cultura, pero muy eficiente en cuanto a porcentaje de proteínas: los insectos.

A las afueras de Albacete se encuentra una granja en la que no se oyen ni mugidos de vaca, ni gruñidos de cerdo o cacareo de gallinas. Se oye el característico canto de una legión de grillos porque es una de las pocas granjas de insectos que hay en España. Crían varias especies para el consumo animal.

Los grillos es una de ellas. A los 60 días están listos para ser consumidos y su porcentaje de proteínas puede rondar un 70% mientras que la carne roja tiene un 25% de proteínas. Pero también hay otros como los tenebrios con propiedades parecidas a las del pescado azul, según aseguran los criadores de esta granja de Proteinsecta.

Hay otras culturas en las que el consumo de insectos es más habitual, como en México. En España, Roberto Ruiz que hasta este verano regenteaba el único restaurante mexicano con estrella Michelín, Punto MX en Madrid, es uno de los expertos en elaboraciones con este tipo de materia prima. Ruiz achaca esta cultura a que en México no había grandes mamíferos y que para recibir proteínas tuvieron que recurrir a los insectos. En este vídeo también podemos ver algunas de las elaboraciones con insectos más habituales en el país azteca.


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