Johnny Depp pierde el juicio contra ‘The Sun’ por llamarle “maltratador”

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Johnny Deep (57 años) intentó una rebuscada maniobra para aclarar su buen nombre, y la jugada se ha vuelto en su contra. El juez Andrew Nicol, del Alto Tribunal de Justicia de Londres, ha fallado este lunes en contra del actor estadounidense en la demanda de difamación que presentó contra el diario británico The Sun. La verdad es la verdad, aunque quien la cuente sea un tabloide sensacionalista de reputación infame. “No resulta necesario tomar en consideración si el artículo fue justo o si los demandados actuaron con malicia, porque todos esos aspectos son irrelevantes frente la defensa de la verdad que exige la ley”, ha escrito el juez.

Deep, que encarnó a Jack Sparrow en la saga Piratas del Caribe, acusó al diario y a su propietario, News Group Newspaper, del magnate de los medios Rupert Murdoch, de haber dado por cierto en un artículo publicado en abril de 2018 que el actor había golpeado a la que entonces era su esposa, Amber Heard (34 años).

El juicio, retrasado durante unos meses a causa de la pandemia, acabó por convertirse en el caso más seguido en el Reino Unido en los últimos años, con desfiles diarios de sus respectivos protagonistas a la entrada del tribunal londinense. Uno a uno se airearon en la sala catorce incidentes concretos, catorce acusaciones de violencia contra el actor entre principios de 2013 y mayo de 2016.

La defensa de The Sun se ha basado en 14 acusaciones de violencia contra el actor entre principios de 2013 y mayo de 2016. El rotativo intentó hasta el último momento que se archivara la querella por difamación, arguyendo que Depp había ignorado una orden del tribunal que le instaba a comunicar una serie de SMS en los que habría pedido drogas a su asistente. Estos mensajes fueron enviados a finales de febrero de 2015 por la estrella hollywoodiense cuando se encontraba en Australia rodando una película, poco antes de un presunto incidente que Amber Heard describió como “un suplicio de tres días de agresiones físicas”. El juez Andrew Nicol constató que no se había respetado la orden de desvelar estos mensajes, pero lo ignoró y permitió proseguir con el juicio.

Según Sasha Wass, la abogada del diario The Sun, y por tanto apoyo de Amber Heard, Depp era “un adicto sin remedio que perdía el control y la capacidad de contener su ira de forma repetida” y estaba “sujeto a cambios irracionales y a patrones de conducta anormales, que no se daban cuando estaba limpio y sobrio”. De hecho, según Wass, el propio actor se denominaba a sí mismo “El Monstruo” cuando sacaba ese temperamento. “Yo le quería, no quería perder eso”, ha alegado Heard en el juicio, “y aunque su otra cara era la de un monstruo siempre tuve la esperanza de que se desintoxicaría”.

“He llegado a la conclusión de que la gran mayoría de los supuestos ataques del Sr. Deep contra la Sra. Heard han quedado demostrados, según los requisitos mínimos del procedimiento civil”, afirma el juez Nicols en su detallada sentencia. El magistrado va incluso más allá al rechazar el argumento de fondo de los abogados del actor, que pretendían señalar a su exesposa como una “buscavidas” que pretendía hacerse con una fortuna a base de acusaciones falsas. Heard destinó los 7 millones de dólares de su divorcio a causas filantrópicas de ayuda a la infancia. “Esa donación no es precisamente lo que uno podría esperar de una ‘cazafortunas’”, concluye.

Su relación fue tóxica desde el principio, como demostraron las sesiones del juicio. La actriz acusa a su exmarido de llamarla habitualmente con apelativos como “puta” y zorra”. También recuerda haber sido golpeada repetidamente en la cabeza en marzo de 2015, pocas semanas después de su enlace, y que durante su luna de miel él trató de estrangularla con una de sus camisas. Por su parte, admite que le pegó a su marido una vez, cuando él intentó agredir a su hermana, que también acudió al juicio apoyando a la actriz, al igual que lo hizo su actual novia, la directora de cine Bianca Butti.

Depp no se ha quedado atrás. De boca de sus abogados, que han calificado el proceso como “muy doloroso” para el actor, han salido calificativos para Heard como “calculadora”, “narcisista” y “sociópata deseosa de destruir su vida”. Los letrados de Depp afirman que todo es un montaje bien calculado de la intérprete de Aquaman para conseguir notoriedad. La acusan de “pintarse lesiones, manipular fotografías y destruir propiedades que luego fotografiaron para crear lo que describen como una especie de póliza de seguro para la Sra. Heard”.

Durante el proceso han salido a la luz más trapos sucios de la pareja. Depp ha asegurado que su esposa le fue infiel con el empresario Elon Musk. Así se ha desprendido de las palabras de los porteros de su apartamento de Los Ángeles, que aseguran que hubo unos días en los que vieron a Heard con moratones en la cara, pero que entonces Depp estaba rodando fuera y que quien acudía a la casa era el fundador de Tesla. Aunque sus abogados han tratado de defenderla sacando a relucir su menor complexión física respecto a la del actor, sus peleas eran tales que, durante una de ellas en Australia, el célebre pirata del Caribe llegó a perder parte de un dedo y la casa en la que tuvo lugar la trifulca quedó destrozada y llena de sangre.

Ahora Depp se prepara para un segundo asalto que esta vez será en Estados Unidos, país de ambos. Un tribunal del estado de Virginia atenderá la denuncia del actor contra Heard por describir presuntos abusos y amenazas de muerte en un artículo publicado en el periódico The Washington Post unos meses después de llegar a un acuerdo de divorcio. El nombre del intérprete nunca se menciona en el escrito titulado Hablé en contra de la violencia sexual y me enfrenté a nuestro odio cultural. Esto tiene que cambiar, escrito en el apogeo del movimiento #MeToo, pero el protagonista de Piratas del Caribe decidió emprender acciones legales. Una disputa judicial para la que también se están preparando los abogados de Heard.


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