La reconversión llega a la delincuencia: de quinquis a cibercacos


La Guardia Civil de Sevilla ha detenido a tres miembros de una banda criminal “muy activa” cuando intentaban vender un objeto que habían robado simulando una venta por Internet que después recogían disfrazados de operarios de una empresa de paquetería. El líder del grupo, alias El Parrita, se encontraba en busca y captura con una orden de ingreso en prisión emitida por la Sala de lo Penal de la Audiencia Nacional, y es miembro de una organización criminal dedicada a la falsificación de moneda. La actuación, que la Comandancia de la Guardia Civil de Sevilla ha hecho pública este jueves, se produjo el pasado día 2 tras una aparatosa persecución por los tejados de los alrededores de la céntrica plaza de Pilatos, lugar en el que los delincuentes habían quedado para hacer la transacción.

“El 31 de mayo se tuvo conocimiento de que los miembros de la banda iban a realizar la venta de un objeto obtenido mediante una estafa por Internet, objeto que había sido identificado por su propietario al llegarle la información de la venta a través de un grupo de mensajería instantánea”, explica el comunicado de la Guardia Civil.

Por ello, se desplegaron efectivos de paisano en las calles San Esteban, Caballeriza, Imperial y en la plaza de Pilatos, donde los agentes recuperaron el objeto que pretendían vender y detuvieron a uno de los miembros de la banda, aunque el cabecilla logró huir a través de los tejados de las viviendas de la zona, ocultándose finalmente en la Casa de Pilatos, dice la nota. El palacio de Pilatos, construido en estilo mudéjar en el siglo XV y adaptado al gusto renacentista un siglo más tarde, es un monumento abierto al público con amplios patios y espacios ajardinados en los que se escondió El Parrita. Gracias a la colaboración de los vecinos del barrio, la Guardia Civil cercó la Casa de Pilatos y pudo detener al prófugo en el jardín de las Logias.

Los tres hombres detenidos, T. N. D., de 24 años; J. D. N., de 44, y J. L. M. G., de 35, son españoles y vecinos de Sevilla capital, están acusado de delitos continuados de estafa, falsificación de documento mercantil, usurpación de estado civil y pertenencia a grupo criminal. Los detenidos, que han sido puestos a disposición judicial, eran especialistas en estafar haciéndose pasar por trabajadores de conocidas empresas de recogida y envío de paquetería. Los agentes también investigan a una joven, F. S. D., de 19 años.

Los agentes han podido averiguar la identidad de los cuatro individuos que conformaban un grupo criminal muy activo, liderado por El Parrita, quien también estaba siendo buscado por la Policía Nacional de distintos distritos de Sevilla para imputarle idénticos delitos cometidos en la capital.

La operación de la Guardia Civil se inició en abril, cuando los agentes tuvieron conocimiento de que una persona de La Algaba había sido estafada con la utilización de un modus operandi muy peculiar. “La denunciante había anunciado en una página web la venta de dos terminales móviles, tras lo cual una persona se había interesado en comprarlos y dijo que se haría cargo de la recogida de los móviles a través de una conocida empresa de paquetería. Al día siguiente, uno de los detenidos, haciéndose pasar por un operario de dicha empresa, recogió los móviles, sin generar duda alguna en la vendedora de que el supuesto operario fuese en realidad un estafador”, explica la Guardia Civil, que después conoció este método se había usado también en Santiponce, Aznalcóllar y en la capital sevillana.

Según la investigación, estas personas usaban documentación falsa o aportaban direcciones inexistentes para obtener tarjetas de telefonía móvil a nombre de otros y evitar ser identificados en las comunicaciones que realizaban con sus víctimas, contactos que realizaban a través de aplicaciones de mensajería instantánea, evitando así que pudieran conocerse sus voces u otras características que permitiesen su identificación.

A los detenidos se le han intervenido tres teléfonos móviles y diferentes tarjetas de telefonía que eran utilizadas para cometer los delitos. También se han recuperado varios objetos de alto valor económico que ya han sido entregados a sus propietarios, como un visor monocular térmico, una máquina de bordado profesional y dos teléfonos móviles, entre otros, valorados en más de 10.000 euros.


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