No es un secreto que, tanto a personas como a los animales, nos encanta dormir. Pero existen ejemplares en el mundo que hacen de dormir y el descanso su modo de vida. En este Día Mundial de los Animales, vamos a hablar sobre aquellos animales más perezosos del planeta, esos que cierran los ojos y no piensan jamás en despertar porque hacen del dormir todo un arte.
El koala
El koala, originario de Australia, no cuenta con una vida intensa y llena de emociones. Al contrario, estos animales tan entrañables que a todo el mundo sacan una sonrisa se caracterizan por dormir más de 20 horas al día, excluyendo el periodo de hibernación. Su forma preferida es dormir en los árboles, en eucaliptos principalmente, ya que casi nunca los abandonan.
No suelen beber mucha agua, y las horas que no pasan durmiendo, las utilizan para alimentarse de hojas de eucalipto y otras plantas.
Oso perezoso
Muy en la línea del koala, los osos perezosos hacen honor a su nombre de manera perfecta. Conocido por su habitual lentitud, duerme en los árboles unas 20 horas al día, y lo normal es encontrarlos con los ojos cerrados.
A pesar de ser tan lentos y dormir tanto, el oso perezoso ha sobrevivido a otras especies más de 60 millones de años gracias a su sigilo a su movimiento por los árboles. A la hora de caminar, también lo hacen tranquilamente, recorriendo, como mucho, cinco kilómetros al día.
Oso panda
Entrañables como pocos, el oso panda es otro de los animales más perezosos del planeta. Se calcula que estos ejemplares tan característicos de Asia duermen entre 10 y 12 horas al día, y tan solo cambian su rutina de sueño cuando tienen que levantarse para comer bambú.
Panda rojo
Aunque parece un animal grande y que suele ser activo, el panda rojo es otro de los más perezosos del planeta. Suele estar en los árboles sin moverse, y la mayor parte del tiempo, dormido. Tan solo se levanta para comer y lo suele hacer por las noches, y no durante mucho tiempo.
León
Aunque parezca raro, el rey de la selva, el león, es uno de los animales más perezosos del mundo. Los leones se pasan la mayor parte del tiempo tumbados, dormidos o simplemente descansando. Esto lo hacen para tener fuerzas para el momento de caza donde utilizan toda su energía para que no se les escape ninguna de sus presas.
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