Los jugadores de Euroliga no volverán a jugar si no hay plena seguridad


Los jugadores de baloncesto que desarrollan su actividad en Europa están manteniendo una posición unánime desde que se inició la crisis del coronavirus. Todos han aplaudido la paralización de sus campeonatos, a veces más tarde de lo que hubieran deseado (caso de Turquía), y abogan por no regresar a las pistas hasta que su seguridad esté plenamente garantizada.



Desde las diferentes ligas nacionales se están valorando los diferentes escenarios pero ninguna quiere lanzar la toalla, empezando por la Euroliga, que sigue determinada a reanudar su competición y acabar la temporada como sea, aunque sea a costa de retrasar su calendario incluso hasta el verano. La Final Four de Colonia estaba prevista para el 22-24 de mayo, unas fechas que desde la máxima competición continental ya consideran muy poco factibles de cumplir.

Los jugadores, por su lado, están a la espera de acontecimientos pero son poco optimistas sobre el futuro de la actual temporada. “Tendría sentido reanudar la actividad si se dieran todas las medidas necesarias para poder volver a jugar. Pero estas medidas ahora no las veo. Deben darse unas condiciones que hoy no se dan. Por eso vamos a esperar a lo que digan los expertos y las personas competentes”, señalaba este lunes Luigi Datome en una entrevista publicada por el diario ‘Il Corriere dello Sport’.

Datome, alero italiano que milita en el Fenerbahçe turco, es el presidente de la asociación de jugadores de la Euroliga (ELPA). La máxima competición continental de momento tiene paralizada su actividad hasta el 11 de abril, aunque cualquier previsión realista obliga a mirar más adelante visto el panorama actual de los diferentes países europeos. El plan de la Euroliga para intentar avanzar su regreso respecto a otros sectores económicos pasa por reanudar la competición en un primer momento a puerta cerrada. Pero esta situación no convence a los jugadores. “Si se juega a puerta cerrada significa que aún hay un problema. Y si aún hay un problema, no tiene sentido jugar”, apunta Datome. “Primero, porque el baloncesto es un deporte de contacto. Y segundo, porque no es agradable ir a una pista sin aficionados. Nosotros jugamos para los aficionados, por el ambiente que se crea durante los partidos. En mi opinión, cuando se reanude la competición deberá hacerse con aficionados y con los viajes normales. Entonces se podrá recomenzar, ahora no”.

Desde la asociación de jugadores son conscientes de que el golpe económico para la Euroliga va a ser muy grande, sobre todo si la competición finalmente tiene que ser cancelada. Y que ese golpe les llegará también a ellos. Sin embargo, siguen poniendo la salud por delante de todo. “Como presidente puedo asegurar que nosotros, los jugadores, entendemos el momento que se está viviendo, algo nunca visto antes. Creo que estarí bien que nos sentáramos a la mesa y lo habláramos. La ELPA y la Euroliga deben hablar en el caso de que la competición no se reanude, como pienso que pasará. Y deberemos encontrar un acuerdo”, señala el internacional italiano. Al frente de la ELPA Datome está acompañado por el vicepresidente primero Kyle Hines (CSKA) y por cinco vicepresidentes, entre los que está Tornike Shengelia (Baskonia). El ejecutivo principal de la asociación es el ex jugador del Barça Bostjan Nachbar.

La Euroliga fue de las últimas competiciones de baloncesto que detuvo su actividad y cuando lo hizo se marcó como horizonte más optimista para su reanudación el 11 de abril. La evolución de la pandemia en Europa permite ya asegurar que un posible regreso de la Euroliga se demoraría bastante más. Sin ir más lejos, la situación de alarma y el confinamiento decretados en España, país de cuatro de sus equipos, se ha ampliado hasta el 12 de abril y podría alargarse todavía más. Alemania, que tiene a dos equipos, ha cerrado sus fronteras con el resto de estados y Rusia, con otros dos, tiene vetada la entrada de extranjeros como mínimo hasta el 1 de mayo.



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