¿Qué pasa si bebes una copa de vino cada noche?

Si eres una de las personas que disfrutan de la copa de vino con la cena, para acompañar la última comida del día que solemos realizar más relajados, tienes que saber que el mundo científico se ha interesado a lo largo de la historia reciente por comprender cuáles son los efectos que esta conducta tiene sobre el cuerpo humano. ¿Qué pasa si bebes una copa de vino cada noche?

Debemos aclarar que estamos hablando de vino tinto, ni rosado ni blanco, y de cantidades cercanas a una copa por noche, por lo que las cosas pueden variar significativamente, sobre todo si nos referimos a consumos diarios más elevados.

Qué sucede si bebes una copa de vino cada noche

Se ha descubierto que una copa de vino puede ser una aliada indispensable para los humanos que quieran o necesiten diversificar su flora intestinal, con el objetivo de prevenir varias afecciones muy concretas, como la enfermedad inflamatoria intestinal, por citar una de las más recurrentes.

Informes de entidades como Microbiome o Gastroenterology dan cuenta del efecto positivo que tiene el vino para el metabolismo, aportando asimismo al corazón, ya que su ingesta moderada se relaciona con una probabilidad mucho menor de sufrir episodios cardíacos, y una cantidad menor del llamado colesterol malo en sangre, lo que favorece el torrente sanguíneo y su movimiento.

¿Pero qué pasa si bebo demasiado vino?

Si en vez de una copa de vino cada noche tomas una copa de vino al mediodía y dos a la noche, podemos asegurarte que ese exceso de alcohol acabará machacando tu cuerpo… y tu cerebro, porque no estamos preparados para semejante consumo de bebidas alcohólicas.

Uno de los primeros síntomas de estar bebiendo más vino del que se recomienda es la depresión. Así como las cantidades mínimas ingeridas se asocian con un estado de mayor plenitud, cruzar peligrosamente la barrera de una copa al día representa un riesgo tanto físico como mental.

También puede que notes las consecuencias de abusar del vino, con estudios que dicen que si bien esta bebida no provoca sobrepeso ni obesidad por sí misma, sí puede alentar trastornos alimentarios, como permanecer demasiado tiempo sentados, o comer para acompañar la bebida.

En resumen, en la medida en que podamos controlar su consumo, el vino es imprescindible en una dieta equilibrada, pues tiene ventajas sustanciales para el cuerpo, pero es clave mantenernos centrados, logrando que cada botella dure cerca de una semana.


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