Sonsoles Ónega deja sin aire a todo el público en directo: "Casi me caigo"

Sonsoles Ónega ha querido agradecer a todo el público que le acompañó el pasado jueves en el reportaje que hicieron sobre las residencias en España. Un proyecto audiovisual que conseguía cosechar muy buenos datos de audiencia.

“Ayer casi dos millones de personas vieron el especial de ‘Hablando en plata. El escándalo de las residencias’, el reportaje de Alberto Chicote sobre las penosas condiciones de algunas residencias. Este programa nos dio pie a analizar la situación de nuestros mayores. Quiero agradecerles de corazón en nombre de todo el equipo el apoyo que todos nos dieron, todos juntos somos un poco mejores“, se dirigía Sonsoles mirando a la cámara.

Tras escuchar estas bonitas palabras de la presentadora, Miguel Lago quiso dirigirse a ella: “Yo esta mañana te he escrito porque tenía que decirte una cosa, y no pudimos hablar. Es sobre mi abuela por parte materna. Cuando salí del programa, que eran las 2:30 de la mañana, tenía una llamada pérdida de mi abuela materna. No le devolví la llamada, porque pensé que igual se equivocó con el teléfono porque no eran horas de llamar”.

“Y esta mañana hablé con ella. Es la primera vez que en venitipico años de carrera que tengo, me dice que está profundamente orgullosa de que su nieto haya participado en un programa como este“, finalizaba Lago. “¿En serio?”, decía incrédula Sonsoles. “Sí”, confirmaba el colaborador de ‘Y ahora Sonsoles’.

“Tengo un mensaje para ti, concreto y directo. Mi abuela me dijo que hoy cuando estés con Sonsoles, dale las gracias por como me acompaña las tardes, por como te cuida y dile que le quiero. Te lo iba a decir esta mañana por teléfono, perote lo digo aquí en persona”, finalizaba Miguel Lago su historia.

Sonsoles se levantaba de la mesa para abrazar a su compañero de programa. Al volver a su silla, no se sentaba del todo bien, pero seguía su discurso: “Estas son las cosas por las que compensa hacer televisión“. Al intentar sentarse bien la presentadora se escuchó un ruido fuerte, ya que tuvo que pisar firme para no caerse de la silla. “Uy, que casi me caigo“, espetó Sonsoles Ónega entre risas.