Toda una vida de lujos se dio en Querétaro, “El Señor de los Cielos”, trajo a mejores artistas, aquí lista de sus propiedades

Toda una vida de lujos se dio en Querétaro, “El Señor de los Cielos”, trajo a mejores artistas, aquí lista de sus propiedades

(Extracto del Libro “El Narco llegó a Querétaro”) Autor: Armando Guerra

Querétaro.- 1 de febrero de 2023.- Corría el año 1996 y Amado Carrillo Fuentes, disfrutaba de lujos y fiestas derivados de la fortuna que logró adquirir debido a sus negocios delictivos, durante algún tiempo vivió en la ciudad de Querétaro, donde fue amo y señor de dicha ciudad.

Amado Carrillo era en ese entonces uno de los hombres más buscados por los gobiernos de Ernesto Zedillo y de Bill Clinton, se le acusaba de ser el principal responsable de tráfico e introducción de cocaína a México para su posterior traslado a los Estados Unidos; este hombre compró seis casas en la colonia Colinas del Cimatario muy cerca del Estadio Corregidora al que también quería comprar, mismas que se intercomunicaban a través de pasadizos y túneles. Sin embargo, esto nunca lo detuvo para celebrar en grande.

Fiestas con artistas

La primera celebración que se registró, fue la presentación de su hija, en la Parroquia de La Sagrada Familia, en la colonia Jardines de la Hacienda, reunión donde se presentó el show de Tatiana.

La segunda fiesta corresponde al cuarto cumpleaños de su hija, donde se presentó María Antonieta de las Nieves, en su entrañable papel de “La Chilindrina”.

Pero sin duda alguna, el festejo que más se recuerda, fue cuando anunció su compromiso matrimonial, con doña Marcela, quien era madre de dos de sus hijas, dicha fiesta fue en el Hotel Misión de Juriquilla, los artistas invitados para dicha ocasión fueron Lucero y el Mariachi Vargas, el ágape duró hasta la madrugada.

Por otra parte, hay testigos que aseguran que en otras fiestas, Francisco Stanley, se encargaba de contratar a los músicos para amenizar las fiestas de Carrillo, entre esos grupos llegó a estar en varias ocasiones “El Recodo”.

Quería comprar el Estadio Corregidora

Se sabe que con el poder que obtuvo a través de los años, llegó a hacer ofertas muy importantes para comprar el Estadio “La Corregidora”, el Auditorio Josefa Ortiz de Domínguez y los terrenos donde actualmente se encuentra la Presidencia Municipal de Querétaro, sin embargo, no se sabe si logró completar estas transacciones. El entonces gobernador Enrique Burgos se iba a prestar o participar en la negociaciones para aquella compra venta, según el libro “Desde Navolato Vengo”.

Las propiedades de Amado Carrillo en Querétaro

 En total son cinco casas, una bodega y un terreno bardeado en el que hay cuando menos 20 automóviles, que en alguna ocasión sirvieron para intereses de narcotraficantes, algunos de ellos de gran relevancia.

El fraccionamiento residencial Colinas del Cimatario, ubicado al sur de la capital del estado, es el sitio que los narcotraficantes eligieron como su favorito para construir o adquirir casas de seguridad.

Uno de ellos, el extinto Amado Carrillo Fuentes, conocido como «El Señor de los Cielos», era propietario de cuatro casas de seguridad ubicadas en esa colonia; una de ellas construida en una superficie de 750 metros cuadrados.

Localizada en la calle Cerro de Culiacán, en los lotes 127, 129 y 131 de Colinas del Cimatario, la casa más grande del «Señor de los Cielos» está construida en una superficie de 248 metros cuadrados, con una construcción de 215 metros cuadrados.

Esta residencia, que cuenta con circuito cerrado de televisión como sistema de seguridad, era utilizada por Amado Carrillo como casa de descanso.

Al mismo narcotraficante le fueron confiscadas otras tres viviendas en la misma colonia. Una de ellas se encuentra a espaldas de lo que era su casa de descanso, en la calle Cerro de la Estrella, lote 134.

En los lotes 131 y 133, Amado Carrillo tenía otra casa, en la que se puede observar una alberca y una fuente de cantera.

De acuerdo con la versión de los vecinos, en ellas habitaban los guardias de seguridad de Carrillo Fuentes, quienes permanecían en constante vigilancia, tanto de la casa del narcotraficante como de las que ellos habitaban.


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