Un 15% de los votantes populares pueden pasarse a la extrema derecha


La línea ascendente del PP no basta, según la encuesta de 40dB., para rebasar al PSOE como primera fuerza electoral porque los populares están ganando votos por un lado, pero los pierden por otro. El partido de Pablo Casado, como ya se constató en las últimas elecciones madrileñas, engorda con el antiguo electorado de Ciudadanos. Pero, a diferencia de lo que ocurrió en Madrid, también puede sufrir una fuga de votos importante hacia la extrema derecha.

Un 15% de quienes apoyaron a Casado en los comicios de 2019 se pasarían ahora a Santiago Abascal, apunta el sondeo. Según los datos de 40dB., la tendencia sería más acusada precisamente en Madrid y en provincias como Valencia y Almería, ya con fuerte presencia de Vox. El movimiento contrario, la transferencia de voto de Abascal a Casado, resulta insignificante. El perfil de quienes cambian del PP a Vox es muy definido: dos tercios son hombres y la mitad, mayores de 65 años.

El PP compensa esa pérdida haciéndose con el 18% del electorado de Ciudadanos, que apenas es capaz de retener a uno de cada tres votantes de noviembre de 2019, cuando ya sufrió su primer gran desastre. La encuesta indica que todavía hay un caladero por disputar entre los desencantados con la formación liberal. Un 20% de sus antiguos electores, más de los que se irían al PP, permanecen todavía en la indecisión. Un 8% daría su sufragio a Vox y solo un 4,5% al PSOE.

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Si el principal problema del PP que sugiere el estudio demoscópico es la fuga de respaldo por su derecha, el PSOE enfrenta como mayor dificultad el escepticismo con el Gobierno de una parte de su electorado habitual. Un 18% de los que apoyaron a Pedro Sánchez hace dos años se declaran ahora indecisos. Una gran mayoría, dos tercios, son mujeres y muestran “una visión sistemáticamente más negativa” del Ejecutivo que el sector fiel —y mayoritario— de los simpatizantes del PSOE, apuntan los analistas de 40dB. Por ejemplo, su grado de satisfacción con la reciente reforma laboral es incluso un punto inferior a la que arroja el conjunto de la muestra, es decir, contando también a los votantes de la derecha. Una parte de ese segmento confía más en el PP que en el PSOE para gestionar la economía y solo la mitad dice que irá a votar seguro cuando se llame a las urnas.

En el campo de la izquierda, los resultados concluyen que los trasvases de voto son menores y prácticamente se compensan entre unos y otros. Unidas Podemos, al menos mientras mantenga esta marca, a la espera de si fragua la plataforma de Yolanda Díaz, tiene una fidelidad de voto similar a la del PSOE, en torno al 60%, aunque un menor número de indecisos, un 11%. Si hoy se celebrasen elecciones, las mayores pérdidas de la coalición izquierdista irían a la abstención, por la que se decantan el 10% de los que respaldaron la candidatura de Pablo Iglesias en las últimas elecciones.


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