Un anuncio donde no mira nadie

by

in

A la salida de Griñón (Madrid), en una de esas vallas publicitarias que suelen estar vacías porque nadie se fija en ellas, se puede ver por estos días una publicidad fuera de lo común. La fotografía de una joven de un pueblo de Benin sonriendo tímidamente agradece, en nombre de la fundación Anesvad, a todos aquellos que se atreven a poner los ojos allí “donde no mira nadie”. Como esta hay cinco más en los bordes de algunas vías poco concurridas de Madrid y de Euskadi, otros lugares olvidados en las regiones donde se encuentran la mayoría de los 60.000 socios de la entidad.

La particular campaña coincide con el Día Internacional de las Enfermedades Tropicales Desatendidas (ETD), que se celebra el próximo 30 de enero, y busca poner el foco en la labor que hace la fundación para llevar sanidad a algunas de las zonas más ignoradas del planeta. Allí Anesvad contribuye a enfrentar enfermedades muy diversas que amenazan a unos mil millones de personas, generalmente muy empobrecidas, en todo el mundo, según datos de la Organización Mundial de la Salud. Estos padecimientos son causados por diferentes patógenos, entre ellos virus, bacterias, parásitos, hongos o toxinas, que una vez atacan a una persona pueden producir dolorosos y desagradables síntomas físicos, así como un hilo de consecuencias en el ámbito social y económico, más allá de lo estrictamente sanitario.

Sin embargo, encontrar una cura no es el reto. En la mayoría de los casos existen tratamientos accesibles ―muchas se pueden sanar con antibióticos comunes―, pero por diversas razones estos no llegan a las zonas donde más se dan estas enfermedades. Es un círculo vicioso de recursos y beneficios: a las empresas que producen esos medicamentos no les resulta rentable ponerlos a disposición de comunidades tan pobres y, por la misma razón, las enfermedades están prácticamente ignoradas por las agencias de financiación e investigación mundiales. Todo esto significa que no hay avances en la búsqueda de alternativas más económicas y el panorama se mantiene igual.

Anesvad está presente en Benin, Ghana, Costa de Marfil y Togo. Allí combate dolencias cutáneas, principalmente la lepra, el pian, filariasis o la úlcera de Buruli

Pero la desatención es también una cuestión geográfica pues, como dice su nombre, las ETD están presentes en zonas tropicales, principalmente en zonas rurales y de difícil acceso de algunos de los países menos desarrollados del mundo. Allí la disponibilidad de agua potable y servicios de saneamiento ―que son capaces de evitar un gran número de casos― es escasa y la atención sanitaria más cercana puede estar a varias horas de distancia.

Esta dinámica afecta directamente a millones de personas en todo el mundo que están expuestas a las 20 enfermedades que recoge la OMS bajo el manto de las ETD. Sin embargo, Anesvad actualmente está presente únicamente en Benin, Ghana, Costa de Marfil y Togo. Allí combate dolencias cutáneas, principalmente la lepra, el pian, filariasis o la úlcera de Buruli desde varios frentes: colaborando con los gobiernos, la sociedad civil y junto con otros agentes internacionales, así como apoyando de manera más específica a las autoridades sanitarias de cada uno de estos países.

Una de las vallas de la campaña de Anesvad ubicada en Alto Basori en Urioste (País Vasco).
Una de las vallas de la campaña de Anesvad ubicada en Alto Basori en Urioste (País Vasco).Olmo Calvo

Es una vuelta a los orígenes de la fundación, que comenzó trabajando contra la lepra en Filipinas en los setenta, pero que décadas más tarde llevaba a cabo proyectos variados –de salud materno-infantil, salud sexual y reproductiva, salud comunitaria, trata de seres humanos, además de enfermedades tropicales desatendidas, tanto en Asia como en América Latina y África. Sin embargo, hace un lustro, después de un análisis interno sobre el rumbo de la fundación, se decidió concentrar los esfuerzos en combatir estas ETD que se presentan en la piel y en el continente más olvidado de todos, retornando de esta manera a la misión con la que empezó todo.

Esta misión gira alrededor de una visión “holística de la sanidad”, explica Miren Hualde, responsable de comunicación de la fundación, que añade que la actual campaña publicitaria reivindica precisamente esto. A través de seis imágenes distintas de vecinos de un pueblo de Benin, tomadas por el fotoperiodista local Yannick Folly, la fundación recalca que además de ayudar a curar enfermos, su labor consiste en apoyar a las comunidades donde se presentan estas enfermedades, en línea con la Hoja de Ruta de la OMS para la erradicación de las ETD y los Objetivos de Desarrollo Sostenible de la ONU.

En el momento en que la salud y la covid dejen de estar en los titulares todos los días, nuestro reto será seguir manteniendo el discurso de que sin salud no hay nada

Miren Hualde, responsable de comunicación de la fundación Anesvad

Ya que los retos para hacerle frente a estas enfermedades son diversos y se multiplican, se requieren soluciones múltiples que abarquen desde el entrenamiento y asesoramiento de personal médico, abastecimiento de insumos y medicamentos, construcción de infraestructuras o campañas de detección precoz, hasta programas para enseñar prácticas de higiene o para el empoderamiento de las mujeres, que son quienes suelen terminar llevando la carga familiar si se presenta alguna de estas dolencias en su núcleo.

Una de las vallas de la campaña de Anesvad ubicada en la rotonda a la salida del pueblo de Griñon (Madrid).
Una de las vallas de la campaña de Anesvad ubicada en la rotonda a la salida del pueblo de Griñon (Madrid).Olmo Calvo

Anesvad hace todas estas cosas en los países donde tiene presencia, asegura Hualde. “Evitamos solo la perspectiva médica y vamos a una visión más completa, que no sea solamente no tener una bacteria, sino que una vez recuperado sea posible una rehabilitación, una reinserción en la comunidad –porque estas enfermedades también marginan enormemente a quienes las padecen– y que la persona pueda tener un trabajo, ganar dinero y generar un poco de desarrollo”.

Según los objetivos de la OMS, hay ocho años para, en función del estado actual de la prevalencia y conocimiento sobre cada enfermedad, erradicar o controlar las diferentes ETD. Es una misión ambiciosa, pero realizable si se juntan las voluntades y los esfuerzos, defiende Anesvad. No hay más que mirar atrás hacia los últimos dos años, en los que la sanidad ha tenido la atención mediática y financiera absoluta, para evidenciar que, cuando se quiere, es posible potenciar la investigación y la lucha contra un mal. Sin embargo, dice Hualde: “En el momento en que la salud y la covid dejen de estar en los titulares todos los días, nuestro reto será seguir manteniendo el discurso de que sin salud no hay nada”.

Las 20 Enfermedades Tropicales Desatendidas (ETD)

Úlcera de Buruli; enfermedad de Chagas; dengue y chikungunya; dracunculosis; equinococosis; trematodiasis de transmisión alimentaria; tripanosomiasis africana humana; leishmaniasis; lepra; filariasis linfática; micetoma, cromoblastomicosis y otras micosis profundas; oncocercosis; rabia; sarna y otras ectoparasitosis; esquistosomiasis; helmintiasis transmitidas por el suelo; envenenamiento por mordeduras de serpiente; teniasis/cisticercosis; tracoma y pian.

Puedes seguir a PLANETA FUTURO en Twitter, Facebook e Instagram, y suscribirte aquí a nuestra ‘newsletter’.




Source link